¿En qué consiste la recuperación activa?

A todos los entrenadores y preparadores físicos nos preocupa en gran medida la periodización del entrenamiento y cómo intercalar las sesiones y la intensidad de las mismas sin que nuestros alumnos puedan caer en el tan temido sobreentrenamiento.

¿Pero cómo sabemos que nuestro cliente está cayendo en dicho proceso?

En primer lugar hay que mencionar que existen factores o elementos que nos pueden avisar previamente de un posible entrenamiento excesivo, tales como: fiebre, dolor de cabeza, náuseas, insomnio, pérdida de peso…entre muchos otros. Es por tal motivo que creemos fundamental tener un correcto feedback continuo con nuestro cliente, esto nos ayudará a saber y recibir información positiva-negativa sobre la cantidad de ejercicio físico que nuestro alumn@ está recibiendo.

¿Cómo podemos ayudar a nuestro cliente a recuperar mejor después de una sesión de entrenamiento intensa?

Existen muchos elementos diferenciadores que nos permitirán ayudar a recuperarnos tras una sesión intensa de ejercicio físico. En primer lugar podremos recurrir a uno de los recursos más utilizados hoy día y tan en boga en nuestro colectivo. Hablamos de suplementación deportiva, proteínas o aminoácidos ramificados, elementos que aportarán a nuestro organismo una dosis extra de dichos elementos y que ayudarán a la regeneración de nuestro tejido de una manera más rápida y efectiva.

Por otro lado, existen otras teorías que explican que a nivel fisiológico puede ser mucho más beneficiosa una recuperación activa (con un ejercicio de baja intensidad y carga media baja, sin caer en exceso de repeticiones) puede ayudar a metabolizar y sintetizar de nuevo elementos regeneradores y protectivos de nuestro tejido muscular.

Por ello, tras una sesión de ejercicio muy intenso es recomendable que los días posteriores se intente realizar algo de ejercicio físico liviano, general , que intente mejorar la circulación general e intente recuperarnos adecuadamente.

Esta intensidad nos aportará una recuperación más rápida de nuestros músculos, no siempre más es mejor y debemos caer en el error que a mayor cantidad de entrenamiento más mejoras. Recordad que la clave de todo buen entrenamiento es saber APLICAR la CANTIDAD de ejercicio que supere el umbral mínimo de tolerancia a dicho estrés, para poder así, generar adaptaciones de modo progresivo y cuantificable para nuestro organismo.